25 marzo 2009

LA VIEJA DESTILERÍA

A duras penas conseguía recordar el vaivén coloquial invadiendo su mente por sus inquietantes vecinos la noche anterior pero solamente hubo una de las leyendas que se le grabó a Lorena durante la conversación.No podía parar de pensar en tan fatídico desenlace que truncó la vida de tantas familias que trabajaron en la vieja destilería en la década de los 50.
En aquellos tiempos la entonces recién inaugurada destilería pronto se hizo nombre entre las principales marcas de bebidas espirituosas de la comarca.La tradición se remotaba a mediados del siglo XIX, cuando un vecino de la aldea cuyo nombre acabó cayendo en el olvido, tras un descuido en la fabricación casera de su propio licor de arándanos y tras su mezcla con aromas y algunos cambios en su elaboración, consiguió como resultado un mejunge con propiedades tales como regenerar y fortalecer las células muertas, ya fueran por heridas de guerra o por simples infecciones muy comunes en la aldea en los tiempos que corrían.Este vecino se llevó el secreto de la elaboración hasta su tumba, pero no sin antes confiárselo a su mejor amigo bajo la condición de que nunca nadie fuera conocedor del mismo hasta el día de su muerte y haciéndole prometer que nunca lo comercializaría a cambio de dinero, solo pudiéndolo ofrecer discretamente y si ánimos de lucro a todas aquellas famílias afectadas por alguna enfermedad degenerativa o alguna infección sin remedio conocido.Su mejor amigo aceptó el trato y cumplió la promesa, pero llegó el día en que los aldeanos se hicieron eco del milagroso mejunge del cual éste era el apoderado.Era tal la ambición de algunos por hacerse conocer alrededor del mundo con ese majestuoso brevaje que cierta noche de invierno cuatro familias decidieron tenderle una trampa.
Era una gélida noche de invierno de 1938,el sanador(así era conocido el poseedor del remedio milagroso) atravesaba el pequeño cerro que lo separaba de cuatro casas a cuyas familias disponía a levantar la cuarentena.
Un supuesto virus infeccioso contraído por el patriarca de una de las familias durante una expedición en las orillas del río Nilo había conseguido sembrar el pánico etre los aldeanos.A su vuelta,once días atrás, este hombre empezó a enfermar con síntomas tales como altas fiebres, sudoración amarilla, pérdida de masa corporal,engarrotamiento en las extremidades,disfunciones gastro-intestinales...razones suficientes para que el alcalde decidiera encerrar a esa família y a la de las casas colindantes en una cuarentena por temor de que se vieran afectados todos los habitantes de la zona.
Las cuatro familias que ya llevaban cinco días confinadas en sus casas, sin derecho a pan ni agua,ni a la visitas semanales del párroco y del médico,empujados por la deseperación decidieron aprovechar la visita del sanador para arrebatarle su preciado secreto.Así que mientras el sanador administraba los valiosos sorbos de salud al patriarca, el hijo primogénito del mismo se apresuró a amordazarle.Atado en la cama y bajo los efectos del ácido barbitúrico(el patriarca se lo trajo a escondidas del campamento egipcio)el sanador observaba atónito como contra su voluntad sus propios labios iban delatándoles los secretos:mezclas, elaboración, tiempo de reposo...El suero de la verdad había causado los efectos oportunos. Después de aquella visita los aldeanos no volvieron a saber más del famoso sanador.
Diez años después abriría las puertas lo que ahora a los ojos de los más jóvenes es simplemente una vieja destilería abandonada.

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